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país República Dominicana

Pan de la Palabra


05 Mayo 2021

  • Feria – Semana 5ª de Pascua
  • Blanco
  • San Hilario de Arlés

PRIMERA LECTURA
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 15, 1-6

En aquellos días, vinieron de Judea a Antioquía algunos discípulos y se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la ley de Moisés, no podrían salvarse.
Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; al fin se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más fueran a Jerusalén para tratar el asunto con los Apóstoles y MIÉRCOLES MAYO los presbíteros. La comunidad cristiana los proveyó para el viaje, y ellos atravesaron Fenicia y Samaria, contando a los hermanos cómo se convertían los paganos, y los llenaban de gozo con esta noticia.
Al llegar a Jerusalén, fueron recibidos por la comunidad cristiana, los Apóstoles y los presbíteros, y ellos refirieron todo cuanto Dios había hecho por su medio. Pero algunos de los fariseos convertidos intervinieron, diciendo: “Hay que circuncidar a los paganos y exigirles que cumplan la ley de Moisés”.
Entonces se reunieron los apóstoles y los presbíteros para examinar el asunto.. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 121
R/. Vayamos con alegría al encuentro del Señor. Aleluya.
¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron: / “Vayamos a la casa del Señor”! / Y hoy estamos aquí, Jerusalén, / jubilosos, delante de tus puertas. R/.
A ti, Jerusalén, suben las tribus, / las tribus del Señor, / según lo que a Israel se le ha ordenado, / para alabar el nombre del Señor.  R/.
Por el amor que tengo a mis hermanos, / voy a decir: “La paz esté contigo”. / Y por la casa del Señor, mi Dios, / pediré para ti todos los bienes. R/.

EVANGELIO
Del Evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, Él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.
Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.
Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos”.

Palabra del Señor.

 LECTIO DIVINA

Para meditar

El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante (Jn 15, 1-8). En el Antiguo Testamento, la imagen de la vid indicaba el pueblo de Israel (Is 5, 1-2). El pueblo era como una vid que Dios plantó con mucho cariño en las costas de los montes de Palestina. Pero la vid no correspondió a lo que Dios esperaba. En vez de unos racimos de uva buena dio un fruto amargo que no servía para nada. Jesús es la nueva vid, la vid verdadera. En una única frase Él nos da toda la comparación. Él dice: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto”. La poda es dura, pero es necesaria. Purifica la vid, para que crezca y produzca más frutos.
 

La metáfora de la vid y los sarmientos nos recuerda, por una parte, una gozosa realidad: la unión íntima y vital que Cristo ha querido que exista entre nosotros y Él. Una unión más profunda que la que se expresaba en otras comparaciones: entre el pastor y las ovejas o entre el maestro y los discípulos. Es un “trasvase” íntimo de vida desde la cepa a los sarmientos, en una comparación paralela a la de la cabeza y los miembros, que tanto gusta a Pablo.

Esta unión tiene consecuencias importantes para nuestra vida de fe: “El que permanece en mí y yo en Él, ese da fruto abundante”. Pero, por otra parte, también existe la posibilidad contraria: que no nos interese vivir esa unión con Cristo. Entonces no hay comunión de vida, y el resultado será la esterilidad: “Porque sin mí no pueden hacer nada”, “al que no permanece en mí, lo tiran fuera y se seca”, “como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en mí”.

 

Para reflexionar

Es bueno que hoy nos preguntemos: ¿Por qué no damos en nuestra vida los frutos que seguramente espera Dios de nosotros? ¿Qué grado de unión mantenemos con la cepa principal, que es Cristo?

Oración final

Señor Jesús, que eres la Vid verdadera, concédenos permanecer siempre en comunión vital contigo, para dar al mundo frutos de paz, caridad y justicia. Amén.


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